Daily Word of Encouragement 5.5.25 - Ben Steele

A Study in 1 Samuel - 1 Samuel 5 - May 5, 2025 

"But when they rose early on the next morning, behold, Dagon had fallen face downward on the ground before the ark of the Lord, and the head of Dagon and both his hands were lying cut off on the threshold. Only the trunk of Dagon was left to him." - 1 Samuel 5:4 

This year in Science, my daughter has been learning about the density of atoms. The classic experiment that kids do to understand this lesson is mixing oil and water. The two cannot coexist. There is a clear line of separation between them, and even if you try to shake them up, they naturally divide again.   

On the most simple level, this is what I think of when I read 1 Samuel 5. There are so many verses that describe God as supreme. He's the King of Kings, the Most High, and will not share his glory with another. We know His design is to receive worship from all of His creation - and this is good. As it relates to us, Exodus 20:3 states it most clearly, "You shall have no other gods before me.". When we come to 1 Samuel 5, we can read the text as a condemnation of the people of Ashdod and marvel at the glory and power of God. But, if we don't examine our hearts, we can skim over the application for the believer. 

As oil and water cannot mix, neither can the Most High God and another object that steals our affections. And though we may not have statues and idols that we worship, we certainly worship things other than God. Any time we ascribe glory to ourselves, our accomplishments, our families, our bank accounts, our favorite sports teams, or anything else earthly and temporal, we may as well be bowing down in the temple of Dagon. We fool ourselves into thinking that we can worship God on Sunday mornings and anything else during the week. We shake up the bottle of oil and water in our hearts and believe that coexisting is possible. How foolish we are. We not only are thumbing our nose at the Creator, but we settling for second-best. Let's take His Word to heart today and fall before the throne of Him in worship. 

"It would seem that Our Lord finds our desires not too strong, but too weak. We are half-hearted creatures, fooling about with drink and sex and ambition when infinite joy is offered us, like an ignorant child who wants to go on making mud pies in a slum because he cannot imagine what is meant by the offer of a holiday at the sea. We are far too easily pleased." ― C.S. Lewis 

Lord, I love you. I am sorry for settling for less. I ask you to please forgive me and draw me toward yourself. Please show me the areas in my life where I need to change to worship you and only you. Amen. 

Palabra diaria de aliento basada en la lectura de hoy     

Estudio de 1 Samuel - 1 Samuel 5 - 5 de mayo de 2025 

«Pero cuando se levantaron temprano a la mañana siguiente, he aquí que Dagón había caído con la cara hacia abajo en tierra delante del arca de Jehová, y la cabeza de Dagón y sus dos manos estaban cortadas en el umbral. Solo le quedaba el tronco». - 1 Samuel 5:4 

Este año, en la clase de Ciencias, mi hija ha estado aprendiendo sobre la densidad de los átomos. El experimento clásico que hacen los niños para entender esta lección es mezclar aceite y agua. Los dos no pueden coexistir. Hay una línea clara de separación entre ellos, e incluso si intentas agitarlos, se dividen de nuevo de forma natural.   

En el nivel más simple, esto es lo que pienso cuando leo 1 Samuel 5. Hay muchos versículos que describen a Dios como supremo. Él es el Rey de Reyes, el Altísimo, y no compartirá su gloria con nadie. Sabemos que su designio es recibir la adoración de toda su creación, y esto es bueno. En lo que se refiere a nosotros, Éxodo 20:3 lo expresa con toda claridad: «No tendrás otros dioses delante de mí». Cuando llegamos a 1 Samuel 5, podemos leer el texto como una condena del pueblo de Asdod y maravillarnos de la gloria y el poder de Dios. Pero, si no examinamos nuestros corazones, podemos pasar por alto la aplicación para el creyente. 

Así como el aceite y el agua no se mezclan, tampoco pueden hacerlo el Dios Altísimo y otro objeto que nos robe nuestro afecto. Y aunque no tengamos estatuas e ídolos a los que adoramos, sin duda adoramos otras cosas que no son Dios. Cada vez que nos atribuimos gloria a nosotros mismos, a nuestros logros, a nuestras familias, a nuestras cuentas bancarias, a nuestros equipos deportivos favoritos o a cualquier otra cosa terrenal y temporal, es como si nos postráramos en el templo de Dagón. Nos engañamos a nosotros mismos pensando que podemos adorar a Dios los domingos por la mañana y cualquier otra cosa durante la semana. Agitamos la botella de aceite y agua en nuestro corazón y creemos que la coexistencia es posible. Qué necios somos. No solo estamos burlándonos del Creador, sino que nos conformamos con lo segundo mejor. Tomemos hoy en serio Su Palabra y postrémonos ante Su trono en adoración. 

«Parecería que nuestro Señor encuentra nuestros deseos no demasiado fuertes, sino demasiado débiles. Somos criaturas indecisas, que nos entretenemos con la bebida, el sexo y la ambición cuando se nos ofrece una alegría infinita, como un niño ignorante que quiere seguir haciendo pasteles de barro en un barrio pobre porque no puede imaginar lo que significa la oferta de unas vacaciones en el mar. Nos conformamos con muy poco». ― C. S. Lewis 

Señor, te amo. Siento haberme conformado con menos. Te pido que me perdones y me atraigas hacia ti. Por favor, muéstrame las áreas de mi vida en las que necesito cambiar para adorarte solo a ti. Amén.