Daily Word of Encouragement 6.11.25 - Julian Marcel

Teachings of Jesus - Matthew 5:13-16 - June 11, 2025
Matthew 5:13-16 - "You are the salt of the earth, but if salt has lost its taste, how shall its saltiness be restored? It is no longer good for anything except to be thrown out and trampled under people's feet. You are the light of the world. A city set on a hill cannot be hidden. Nor do people light a lamp and put it under a basket, but on a stand, and it gives light to all in the house. In the same way, let your light shine before others, so that they may see your good works and give glory to your Father who is in heaven."
Who am I?
One of the most fundamental yet profound questions that we ask ourselves as human beings is, "Who am I?" Thankfully, the Bible has much to say along these lines. Let's take a moment to reflect on what God's Word teaches about who we are.
1. We are made in the image of God (Genesis 1:26). God created mankind in His image in order to reflect His character on the earth. This astounding reality teaches us that we are valuable. God cares about us. God created us for a purpose. He intricately wove us together in our mother's womb (Psalm 139:13-16). We were created to worship and reflect God–and this is the foundation of who we are.
2. We are sinners (Romans 3:23). The sad truth is that while we are made in His image, we all fall short of living up to that standard. The doctrine of original sin teaches us that in Adam, we all were alienated from God and were all born into sin. We have a sinful nature that naturally inclines us to sin and deny the things of God. This is the dark truth that God's Word must awaken us to before we can accept the gift of salvation.
If we are Christians, we are not only made in the image of God and not only sinners but we are called sons and daughters of God. We are forgiven, adopted, loved, accepted, and saved. We are ambassadors of God. In Christ, we can truly reflect God's glory as He intends.
Jesus' teaching in Matthew 5:13-16 instructs us that, in Christ, we are both salt and light. Salt is a preserving agent and one that adds flavor to food. When Jesus teaches us that we are "salt," He is teaching us that we will preserve the world from the decay of sin and that we ought to add flavor and life to others around us. Light is opposed to darkness, and represents the moral purity of God. When Jesus teaches us that we are "light," He is teaching us that we will shine visibly for others in a way that will draw them to God.
Here's the larger point that Jesus is making: Our Christian life should be visible to others, and positively impact the world for the Kingdom of God. Jesus is teaching us that we are valuable and that when He called us into a saving relationship with Him, He called us to be His ambassadors on earth. It's part of who we are now. So, go be the "salt" and "light" that God has called you to be. Take the opportunities that God lies in front of you so that you can live the life you were created to live.
Palabra diaria de aliento basada en la lectura de hoy
Enseñanzas de Jesús - Mateo 5:13-16 - 11 de junio de 2025
Mateo 5:13-16 - «Vosotros sois la sal de la tierra, pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué se salará? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada en lo alto de una colina no se puede ocultar. Tampoco se enciende una lámpara y se pone debajo de un recipiente, sino sobre un candeario, y da luz a todos los que están en la casa. De la misma manera, que brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos».
¿Quién soy yo?
Una de las preguntas más fundamentales y profundas que nos hacemos como seres humanos es: «¿Quién soy yo?». Afortunadamente, la Biblia tiene mucho que decir al respecto. Dediquemos un momento a reflexionar sobre lo que la Palabra de Dios nos enseña acerca de quiénes somos.
1. Estamos hechos a imagen de Dios (Génesis 1:26). Dios creó a la humanidad a su imagen para reflejar su carácter en la tierra. Esta asombrosa realidad nos enseña que somos valiosos. Dios se preocupa por nosotros. Dios nos creó con un propósito. Él nos tejió intrincadamente en el vientre de nuestra madre (Salmo 139:13-16). Fuimos creados para adorar y reflejar a Dios, y este es el fundamento de quiénes somos.
2. Somos pecadores (Romanos 3:23). La triste realidad es que, aunque fuimos creados a su imagen, todos estamos lejos de alcanzar ese estándar. La doctrina del pecado original nos enseña que, en Adán, todos fuimos separados de Dios y nacimos en pecado. Tenemos una naturaleza pecaminosa que nos inclina naturalmente al pecado y a negar las cosas de Dios. Esta es la oscura verdad que la Palabra de Dios debe revelarnos antes de que podamos aceptar el regalo de la salvación.
Si somos cristianos, no solo estamos hechos a imagen de Dios y no solo somos pecadores, sino que somos llamados hijos e hijas de Dios. Somos perdonados, adoptados, amados, aceptados y salvos. Somos embajadores de Dios. En Cristo, podemos reflejar verdaderamente la gloria de Dios tal como Él lo desea.
La enseñanza de Jesús en Mateo 5:13-16 nos instruye que, en Cristo, somos sal y luz. La sal es un conservante y un aditivo que da sabor a los alimentos. Cuando Jesús nos enseña que somos «sal», nos está enseñando que preservaremos al mundo de la decadencia del pecado y que debemos dar sabor y vida a los que nos rodean. La luz se opone a la oscuridad y representa la pureza moral de Dios. Cuando Jesús nos enseña que somos «luz», nos está enseñando que debemos brillar visiblemente para los demás de una manera que los atraiga a Dios.
He aquí el punto más importante que Jesús quiere transmitir: nuestra vida cristiana debe ser visible para los demás y tener un impacto positivo en el mundo para el Reino de Dios. Jesús nos enseña que somos valiosos y que cuando nos llamó a una relación salvadora con Él, nos llamó a ser sus embajadores en la tierra. Es parte de lo que somos ahora. Así que, ve y sé la «sal» y la «luz» que Dios te ha llamado a ser. Aprovecha las oportunidades que Dios pone delante de ti para que puedas vivir la vida para la que fuiste creado.